El color blanco es el favorito de muchísimas personas debido a que es sinónimo de limpieza, frescura y pureza. Además, se trata de una tonalidad que ayuda a los niños a disfrutar de un crecimiento más saludable.

Este beneficio del color blanco ha animado a multitud de decoradores a incluirlo en todos sus diseños, como es el caso de la interiorista Susanna Cots, que lo ha convertido en el protagonista de las habitaciones infantiles.

Y es que, tal como ha explicado esta emprendedora y diseñadora de interiores catalana, “el color blanco acompaña y aporta serenidad y calma tanto a padres como a hijos dentro del caos que acaba siendo el día a día de una familia”.

Pero estas no son sus únicas ventajas, ya que el color blanco también transmite en los niños valores de creatividad, calma, pureza, limpieza y orden visual mientras les ayuda a gozar de un crecimiento saludable.

No obstante, también hay que tener en cuenta que el blanco puede resultar algo monótono y aburrido para muchos peques y que la mayoría de los niños prefieren que las paredes de su habitación sean de colores más vivos y llamativos.

Por eso la interiorista y emprendedora Susanna Cots recomienda poner en práctica algunos consejos que permitan crear espacios atractivos y adaptados a la personalidad de cada pequeñín partiendo siempre del color blanco.

¿Cómo? Mezclando adornos divertidos con muebles con carácter y papeles pintados, por ejemplo. Asimismo, la diseñadora también recomienda poner a los niños “pizarras donde puedan expresar su creatividad, restaurar con ellos antigüedades que tengamos en casa, enseñarles la importancia de una iluminación suave y graduable… ¡Solo hay que imaginar!”.

Cómo adaptar la decoración con color blanco a las necesidades de cada niño

El color blanco permite que los niños disfruten de un crecimiento saludable y puedan potenciar la imaginación y la creatividad mientras gozan de una vida feliz y tranquila.

No obstante, si lo vais a usar para pintar las paredes de la habitación de vuestro hijo será importante que tengáis en cuenta, como ha manifestado Susanna Cots, que “hay dos principios que debemos respetar a la hora de diseñar una habitación infantil: en primer lugar, que priorice la autonomía del niño o niña, tenga la edad que tenga.

Y, en segundo lugar, que nunca incentive la violencia, la exaltación –que muchas veces nos transmiten los colores estridentes– o el desorden”.

Entonces, ¿cuál es la mejor forma de decorar una habitación infantil que apueste por el color blanco y se adapte a cada etapa de crecimiento? La interiorista Susanna Cots recomienda seguir estos sencillos consejos.

De los cero a los tres años

Lo más importante durante los tres primeros años de vida de los bebés es la comodidad para los padres y la interacción con la familia. Por eso Susanna Cots aconseja que la habitación sea muy confortable para los papás y que cuente con elementos que estimulen la interacción de padres e hijos, tales como cuentos, sillones, espejos, etc.

Recordad también que todos los elementos tendrán que estar adaptados a la altura del pequeñín y que la sala también deberá disponer de estanterías, cajones y baúles donde los niños puedan ordenar sus juguetes.

De los tres a los siete años

En esta etapa será recomendable complementar el color blanco en las paredes con muebles que permitan almacenar cuentos y juguetes, ya que a los niños les suele encantar guardarlo todo, sobre todo sus objetos más preciados.

De los ocho a los quince años

A partir de los ocho años de edad las necesidades de los pequeñines empiezan a cambiar y continúan evolucionando y modificándose con gran rapidez a medida que se van acercando a la adolescencia.

Es por ello que, durante esta etapa, la habitación se convierte en un espacio completamente atemporal y pasa de contar con juguetes que requieren de mucho almacenaje a disponer de menos cosas y a tener un mayor número de discos y libros.

Recordad, no obstante, que el color blanco y las tonalidades claras deberán seguir estando muy presentes en las habitaciones de los niños de entre ocho y quince años de edad.

A partir de los quince años

Llegamos a la adolescencia, una época en la que los chicos y chicas tienden a buscar privacidad y estancias totalmente adaptadas a sus gustos, a sus necesidades y a su personalidad.

Es por todo ello que la interiorista y diseñadora Susanna Cots recomienda seguir con el color blanco y con tonos cromáticos más serios que vayan acompañados de paredes personales con dibujos o fotografías.

Recordad que la adolescencia es una etapa de la vida que combina recuerdos pasados y proyectos de futuro, algo que debe quedar reflejado en la decoración y el diseño de las habitaciones.

¿Cuál es vuestra opinión sobre estas recomendaciones para complementar el color blanco con accesorios adaptados a cada etapa de crecimiento de los niños a la hora de decorar las habitaciones infantiles?

Esperamos que os sean de gran utilidad y que tengáis en cuenta los múltiples beneficios del color blanco, una tonalidad que transmite calma, paz, limpieza y serenidad y que, al mismo tiempo, estimula la creatividad y ayuda a los niños a disfrutar de un crecimiento saludable.