Para que aprender se convierta en algo apasionante y los niños tengan ganas de descubrir montones de cosas, es muy importante ambientar su cuarto de estudio del modo adecuado.

 

Para conseguirlo, es vital huir de los ruidos y distracciones, elegir la sala perfecta y hacer uso de un mobiliario que anime a aprender. ¡Aquí tenéis varios consejos para ambientar el cuarto de estudio de vuestros peques!

Una sala fresca y luminosa

A nadie le gusta estudiar en una habitación con un frío o un calor extremos en la que la luz natural brille por su ausencia.

Para fomentar las ganas de aprender de vuestros hijos, deberéis elegir un cuarto de estudio muy luminoso con una temperatura que oscile entre los 16 y los 22 grados centígrados.

Si el habitáculo no dispone de una excelente luz natural, podéis usar bombillas blancas que no dañen la vista e inviten al estudio y la lectura. 

¿Cómo pintamos las paredes?

Cuando disponemos de una sala que queremos convertir en cuarto de estudio, una de las primeras preguntas que nos formulamos es: ¿cómo podemos pintar las paredes?

En estos casos, lo mejor es elegir tonos pastel como el lila o el azul cielo que no cansen, que resulten agradables para la vista y que relajen la mente.

Un amplio escritorio

Cuando un niño se ve obligado a estudiar sobre un escritorio lleno de papeles, carpetas y montones de objetos que no le resultan de utilidad, solo consigue despistarse y tener ganas de irse a hacer cualquier otra cosa.

Para evitar que esto ocurra, desde Wikiduca os invitamos a que amuebléis la sala con una mesa amplia que disponga de bandejas para documentos, archivadores y lapiceros que permitan tenerlo todo a mano y perfectamente ordenado.

¡Combinad estos accesorios con una silla ergonómica que no dañe la espalda de los peques y el mobiliario será perfecto!

La biblioteca ideal

Aunque internet se ha convertido en una gran fuente de información, disponer de libros centrados en las materias que estudian vuestros pequeñines continúa resultando muy útil.

Para tenerlos ordenados y al alcance de los niños, podéis colocar varios estantes en el cuarto de estudio.

Acordaos de ubicarlos a una buena altura para que los chiquitines puedan cogerlos sin tener que hacer uso de una silla o una escalera. ¡Potenciaréis su espíritu lector!

¡Cuidado con los adornos!

Cuando llenamos un cuarto de estudio de posters, figuritas y otros elementos decorativos, solo conseguimos que los niños se centren en ellos, se despisten y dejen a un lado los libros.

Recordad que las habitaciones para aprender deben contar con una decoración simple, sencilla y minimalista que no desconcentre a los peques.